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viernes, agosto 19, 2011

Uruguay Uso del Suelo y proyectos

Proyecto de mina de hierro a cielo abierto  -  Aratirí                                 
ARATIRÍ es el primer proyecto de megaminería de hierro a cielo abierto del Uruguay, acompañado de un mineroducto de 230 Km hasta un puerto de aguas profundas en la costa oceánica.
El proyecto es de la empresa trasnacional Zamin Ferrous y se encuentra en la fase final de exploración. Si es autorizada, pretende extraer 20 millones de toneladas de hierro anuales para abastecer a la industria del acero en China.
CÓMO SERÍA LA MINA
La zona de explotación abarca unas 150.000 hectáreas en los departamentos de Florida, Durazno, Treinta y Tres y Cerro Largo, próximo a las ciudades de Valentines y Cerro Chato. Es una zona principalmente dedicada a la producción ganadera que equivale a TRES VECES la superficie del departamento de Montevideo.
La minería de hierro a cielo abierto es una de las actividades MÁS AGRESIVAS PARA EL MEDIO AMBIENTE, máxime si se hace en lugares poblados y cultivados como sería en Uruguay. Cada vez más países PROHIBEN ESTA ACTIVIDAD,
como lo han decidido recientemente Costa Rica y la Unión Europea.
Utilizarán enormes cantidades de explosivos, harán desaparecer cerros enteros dejando 10 cráteres de 2 kilómetros de largo por uno de ancho y 300 metros de profundidad. Son miles y miles de hectáreas de tierras dedicadas a la actividad agropecuaria con más de 400 pequeños y medianos productores que llevan varias generaciones viviendo en la zona. Esas tierras se perderán para siempre ya que se elimina por completo el suelo y sus actuales habitantes deberán emigrar.
La actividad en los alrededores será severamente afectada también, por la contaminación de las aguas, los enormes depósitos de rocas y sedimentos que no contienen los minerales buscados (un 70% del total) y el polvo que cubre los campos, además de la contaminación sonora, visual, etc.
Puerto de gran calado en Rocha
CÓMO SERÍA EL PUERTO -  ¿De qué manera se exportaría el hierro?
LLevándolo mediante una cañería de 60 cm de diámetro y 230 km de largo, que atravesará los departamentos de
Lavalleja y Rocha hasta la playa llamada "La Angostura", sobre el Km 288 de la Ruta 9, entre los balnearios de
LA ESMERALDA Y PUNTA DEL DIABLO.
Un segundo proyecto de capitales españoles-israelíes que irá al lado de la terminal de Aratirí, incluye la instalación de una planta termoeléctrica a carbón a orillas de la LAGUNA NEGRA, en una zona de un incalculable potencial turístico para nuestro país y que ha sido declarada "ZONA DE RESERVA TURISTICA" por el DECRETO 12.990.
A esta hermosa playa de 40 km de largo, que comienza en Punta del Diablo y que se extiende hasta VALIZAS y CABO POLONIO, llegará el mineroducto y deberá soportar UN PUERTO DE GRAN CALADO PARA EXPORTAR MATERIAS PRIMAS DE LA REGIÓN Y RECIBIR CARGAMENTOS DE CARBÓN, PETRÓLEO Y GAS LICUADO.
Las centrales termoeléctricas a carbón son las más contaminantes, emiten millones de toneladas de CO2 y otros gases causantes del calentamiento global. Las cenizas, además, ensucian el mar, la arena, PROVOCAN ENFERMEDADES RESPIRATORIAS, CÁNCER y son causantes de LLUVIA ÁCIDA.
El mineroducto deberá atravesar zonas declaradas PATRIMONIO MUNDIAL DE LA BIÓSFERA como los Humedales del Este y los Palmares de Rocha, verdadero símbolo de identidad del departamento. Esta cañería utilizará para transportar el hierro molido, DECENAS DE MILLONES de metros cúbicos de agua dulce al año.
Este emprendimiento traerá al país muchos más perjuicios que beneficios y, además de ser claramente anticonstitucional (Art. 47 sobre la preservación del medio ambiente y el agua como derecho humano), atenta contra nuestra marca de identidad ante el mundo, la del URUGUAY NATURAL.
¿"URUGUAY NATURAL"?  ...  ¿DE VERDAD?
EL EUCALIPTUS
En la actualidad se encuentra distribuido por gran parte del mundo y debido a su rápido crecimiento frecuentemente se emplea en plantaciones forestales para la industria papelera, maderera o para la obtención de productos químicos.
El eucalipto constituye un competidor esquilmante para la tierra y el resto de flora. Los problemas que acarrea esta especie son incluso mayores que los que ocasionan las plantaciones de pinos. La plantación de eucalipto, que es una especie exótica procedente de Australia, provoca la destrucción de la fauna y de la flora nativas (debido a sus compuestos terpérnicos que tienen un alto poder antigerminante anulando el desarrollo embrional de las semillas que puedan caer en el suelo y también la flora bacteriana y fúngica, convirtiéndolo en estéril). Se demanda una gran cantidad de agua tanto para plantar el eucalipto como para la producción de celulosa en las fábricas, lo que provoca el agotamiento de las fuentes de agua, sin hablar del uso extensivo de agrotóxicos que envenenan ríos, arroyos, capas freáticas, etc. Las empresas niegan todos los efectos negativos y dicen que plantar eucalipto es mucho mejor que tener pastaje. El impacto ambiental está garantizado. En algunos lugares del mundo la selvicultura de eucalipto está provocando incluso un éxodo rural.
Cada vez más personas se unen a la lucha contra el avance de estos árboles y es que este gigante de los bosques arrasa con todo a su paso.
Efectos sobre el suelo.Como es sabido el eucalipto acidifica el suelo sobre el que se sustenta.
La gran cantidad de nutrientes que necesita extraer por su rápido crecimiento, sumado  al tratamiento forestal que se aplica a las plantaciones (herbicidas, tala total cada 12 años, etc.) ocasionan procesos graves de erosión que arruinan nuestro suelo, hipotecando el futuro de nuestra economía.
En Uruguay, en el año 2008 existian plantadas en el país, de acuerdo con la DGF, un área total de 675.000 hectáreas de eucalipto.
En el momento actual, la actividad forestal ha recibido un fuerte impulso con la llegada de grandes empresas productoras de celulosa. La española ENCE, inicio sus actividades en Uruguay en el año 1989, inicialmente produciendo madera para exportación para sus fábricas en España. En los primeros años de la década del 2000, la empresa Finlandesa BOTNIA compro las plantaciones de SHELL, y decidió la construcción de la recientemente inaugurada fábrica de Fray Bentos.
Además de la nueva fábrica de ENCE en Punta Pereira, otras empresas internacionales ya se movilizan para futuras plantas de celulosa: Stora Enso y Portucel. En una década más la situación de la industria forestal en el Uruguay deberá sufrir grandes transformaciones en relación al momento actual y ello conlleva a la ruina de nustro suelo  . Existe en el Uruguay de acuerdo con la DGF-MGAP, cerca de 3,3 millones de hectáreas de suelos con aptitud forestal, conforme a relevamiento elaborado por dicho organismo. Por lo tanto la base forestal debe continuar creciendo, independientemente del apoyo gubernamental, pues el potencial existe y es atractivo.      El nivel de conocimiento tecnológico y ambiental sobre plantaciones forestales y sobre procesos de industrialización de la madera es todavía precaria. Son pocas las instituciones de enseñanza e investigación en el país. Se pueden contar con los dedos: UdelaR - Universidad de la República, LATU - Laboratorio Tecnológico del Uruguay e INIA - Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria. 
Nos espera un largo camino a ser recorrido para la consolidación del Uruguay como un “fuerte player tecnológico” Vayamos diciendo adiós al país ganadero...

Transgénicos ¿Qué son los transgénicos?
Los transgénicos, también llamados Organismos Genéticamente Manipulados (OGM) son plantas, animales o microorganismos que no existen en la naturaleza, sino que han sido creados artificialmente.
Hay de todo: maíz que produce su propio insecticida, pollos que nacen sin plumas, tomates que se conservan más tiempo una vez cosechados, peces que crecen más y más rápidamente, peces fosforescentes, soya que resiste a un herbicida total, bananos que producen vacunas, etc.
Todos estos seres vivos han sido manipulados genéticamente. Eso significa que, artificialmente, los científicos “cruzaron” especies que nunca se pueden cruzar en la Naturaleza. Por ejemplo, “mezclaron” un tomate y un pez, un cereal con un ratón, una bacteria con un ser humano.
Cada célula de cada ser vivo contiene el genoma característico de su especie (con variaciones entre cada individuo) que contiene toda la información sobre cómo debe ser este ser vivo, ya sea una rana, una flor, un microbio o un ser humano.
Toda esta información está “escrita” en un lenguaje especial; el código genético, y está escrita en las moléculas de ADN que forman los cromosomas.
El ADN es una molécula muy larga, parecida a una escalera enrollada sobre sí misma. Esta escalera
microscópica está formada por miles de genes.
Cada gen es portador de una información específica. Cada gen especifica la información necesaria para producir una proteína. Las proteínas son las moléculas de la que están “hechos” los seres vivos y las que facilitan las reacciones químicas necesarias para que el organismo viva y sea como es. Por ejemplo, en el ADN de cada célula del pollo hay uno o varios genes que contienen la información para que el pollo produzca más o menos plumas de tal o cual color, otros genes para que el pollo tenga glóbulos rojos de determinada forma y en determinada cantidad, etc.
Si tomamos el ejemplo de una luciérnaga, el ADN de este insecto contiene genes con la información necesaria para tener alas, otros con la información para producir luz, otros con la información para tener dos antenitas, y así sucesivamente.
Imaginemos esto: tomamos el gen de la luciérnaga con la información de producir luz y lo introducimos en el ADN del huevo de gallina, de éste saldría un pollo fosforescente como una luciérnaga!
Esto es la manipulación genética, o sea, la manipulación de los genes de una especie a otra.
El pollo fosforescente sería un pollo transgénico, ya que se le han transferido genes de otro ser vivo.
Que sepamos, todavía no hay pollos fosforescentes, pero sí hay pollos transgénicos que nacen sin plumas. Para crearlos, los científicos quitaron el gen que contiene la información para hacer plumas a varios huevos y los pollitos y pollitas que nacieron salieron sin plumas. Como ya no tienen el gen “de las plumas”, sus descendientes tampoco tendrán plumas.
En el caso del maíz transgénico Bt, le pusieron al ADN del maíz un gen de un microorganismo del suelo, el Bacillus thuringiensis, que produce una sustancia tóxica para los gusanos. El maíz transgénico produce ahora esta sustancia tóxica y cualquier gusano que dé un mordisco a sus hojas se muere.
Como pueden ver, los científicos de las empresas transnacionales están creando plantas, animales y microorganismos que no existen en la Naturaleza.
Estas técnicas requieren laboratorios y tecnologías de alto costo, solamente accesibles a grandes multinacionales. Que además obtienen patentes sobre esas tecnologías y sus productos: las semillas transgénicas. Aunque parezca absurdo es realidad; insertando un solo gen en un genoma que contiene millones de ellos, las empresas pasan a ser dueñas de la semilla completa.
Las patentes: El sistema de las patentes se inventó para proteger los inventos. Si alguien inventa algo, adquiere una patente que le da la propiedad intelectual de su invento. Con esta propiedad intelectual, nadie puede utilizar su invento sin pagar por ello.
En el caso de las semillas transgénicas, esto significa que el agricultor que cultiva un transgénico, no puede guardar semillas para la próxima siembra. Siempre tiene que comprarlas de nuevo.
Lo más grave es que las grandes compañías que controlan los transgénicos quieren patentar también genes de plantas no transgénicas y prohibir que los agricultores y campesinos las usen o multipliquen sin pagarles.
Estas patentes privan a los agricultores de los derechos a utilizar, intercambiar y desarrollar libremente las semillas, fundamentales para garantizar la biodiversidad agrícola y la soberanía alimentaria.
Las semillas pasan a ser propiedad privada de las empresas que las producen, en vez de ser un bien común de la humanidad.
Lo que buscan las transnacionales vendedoras de semillas transgénicas es el máximo lucro posible, asegurándose la dependencia a sus productos de los agricultores y agricultoras del mundo.

Los supuestos “beneficios” de los transgénicos.
Las Compañías transnacionales que fabrican y venden los transgénicos hacen campañas de propaganda millonarias, en las cuales presentan las “bondades” de los productos genéticamente modificados.
Analicemos sus argumentos:
- Dicen las transnacionales que las semillas transgénicas, al dar cosechas más grandes, representan una solución al hambre en el Mundo.
El hambre en el mundo es un problema real y dramático: según la Organización Mundial de la Salud, una de cada 5 personas en el mundo padece hambre y casi 6 millones de niños menores de 5 años mueren cada año a causa del hambre. Sin embargo, el hambre no se debe a una escasez de alimentos. En efecto, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) afirma que hay actualmente suficientes alimentos en el mundo para alimentar a toda la población mundial.
El problema del hambre se debe a la pobreza y a la injusticia en la distribución. Para solucionar el hambre hay que empezar por solucionar la pobreza y la injusticia. Crear “supersemillas” más caras, que no se pueden re-sembrar y que necesitan muchos más insumos y mucho más caros (fertilizantes y agrotóxicos) no es la solución.
La solución está en el mejoramiento de la situación económica y social en el campo y en las ciudades. Para ello, hay que fomentar la producción, distribución y ventas de productos locales. Estos productos se adaptan mejor a las condiciones de cada región, garantizan la biodiversidad y respetan la cultura y la autonomía de la gente.
- Dicen las transnacionales que los cultivos transgénicos necesitan menos agrotóxicos y aseguran un ambiente más sano.
Esto es muy difícil de creer, cuando sabemos que las tres empresas más fuertes en ventas de semillas transgénicas son las tres empresas más fuertes en ventas de agrotóxicos: Du Pont, Monsanto y Novartis. En una gran proporción, los cultivos transgénicos han sido modificados para tolerar y resistir el uso de agrotóxicos. El más conocido es el caso de la empresa Monsanto, que creó una soja que resiste al Roundup, lo que le permite vender cada vez más agrotóxicos.
Los cultivos transgénicos necesitan más insumos artificiales que las variedades de cultivos locales. Si queremos eliminar el uso de agrotóxicos en la agricultura, debemos usar variedades locales adaptadas a las condiciones del clima y los suelos de la zona.
Hay que fomentar la diversidad de los cultivos y eliminar los monocultivos. Hay que mejorar la fertilidad del suelo utilizando abonos orgánicos y permitir que se desarrollen los mecanismos naturales de control biológico.
- Dicen las transnacionales que los productos transgénicos son buenos para la salud y hasta pueden ser medicinales.
Al crear plantas que tienen más vitaminas o que contienen una vacuna contra la hepatitis, las transnacionales de los transgénicos afirman que sus productos pueden mejorar la salud en el mundo.
El problema de la salud va de la mano con los problemas del hambre y de la pobreza.
Para mejorar la salud, entre otras cosas, hay que mejorar la alimentación y las condiciones ambientales. También hay que eliminar el uso de agrotóxicos y conservar los ecosistemas naturales.
Todo esto lo garantiza la práctica de la agricultura agroecológica basada en la producción de alimentos de acuerdo al entorno, eligiendo los cultivos que mejor se adapten al medio, tomando en cuenta el suelo, agua, árboles, clima, animales y la cultura de cada grupo humano. En una palabra, una agricultura en equilibrio con la naturaleza y a escala humana.
Vemos que los argumentos de las compañías de transgénicos no son válidos. Una vez más mienten con el objetivo de controlar el mercado mundial de las semillas y enriquecerse. El hambre, las enfermedades y el deterioro del medio ambiente pueden superarse únicamente si se combate la pobreza con la participación de toda la comunidad en su conjunto y no con patentes y monopolios.
¿Por qué debemos preocuparnos? Con las patentes, las empresas que fabrican y venden transgénicos nos privan del derecho fundamental de multiplicar, intercambiar y utilizar las semillas.
Los transgénicos fomentan el monocultivo de unas muy pocas variedades de cultivos. Se pierde la biodiversidad, la soberanía alimentaria. También aumenta el riesgo de enfermedades devastadoras en los cultivos, lo que implica un uso masivo de agrotóxicos.
Los transgénicos son productos artificiales cuyas consecuencias en la salud se desconocen.
 En nuestro país se están cultivando transgénicos u Organismos Genéticamente Modificados   (OGM) desde hace varios años. Los estamos consumiendo sin haber tenido la oportunidad de informarnos sobre los riesgos de ello.                                                                                                    
El objetivo de este material es informar de los impactos sociales, económicos y ambientales que traen aparejados los OGM, de esta manera el lector podrá encontrar herramientas para elaborar su propia decisión y desarrollar su sentido crítico frente a este tema.
RAP-AL (Red de acción en plaguicidas para América Latina) Uruguay trabaja por una agricultura libre de agrotóxicos y transgénicos. Busca contribuir a mejorar la calidad de vida a través de la información y la educación ambiental sobre los peligros de los agrotóxicos y los transgénicos. 
                                          Fuente: http://www.rapaluruguay.org/transgenicos/Uruguay/librillo/libro.html#2

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